domingo, 20 de abril de 2014

Los 10 mandamientos de todo Eurofán


Somos el ritmo de un corazón
 Y es que en esta semana marcada por la religión, en Somos Eurotalifanes hemos decidido no tomar vacaciones y lanzar un especial sobre el decálogo que todo Eurofán debe cumplir para declararse como tal. Y sí, son como las Tablas de la Ley. Su incumplimiento, nos arrastrarán al infierno eurovisivo donde ya residen Dana International, Bonnie Tyler, Amaury Vassili o Getter Jaani, entre muchos otros.

 1. No tomarás el nombre de una diva en vano.
A no ser que sea Coral Segovia, si Charlotte Perrelli, Lyss Asia, Helena Paparizou o Carola salen al escenario y lanzan una ventosidad ante toda Europa, será la mejor melodía que has escuchado en toda la vida y te emocionarás.
Hola, Ana Bergendahl
2. Dramatizarás todo lo que ocurra.
¿Qué no hay agua en el escenario? ¿Qué no pueden poner este fondo de flores de azahar en el videowall? ¿Qué tu canción favorita actúa después de la favorita todos? ¿Qué a tu diva se le ha movido un pelo del flequillo? No escatimes en lamentos ante lo injusto que es el destino.
 

3. Toda noticia de Eurovision-Spain debe creerse por muy absurda que sea.
Aunque te estén diciendo que la sexagésima edición del Festival se celebrará en tres ciudades diferentes, con el costo que eso lleva, y aunque huela para atrás a April’s Fool, tú lo debes creer.  Que para algo son la web más fiable e imparcial (viva Ruth Lorenzo) de Eurovisión en España.


4. Tu top es el más importante y debes defenderlo a muerte.
Sí. Aunque coloques en primera posición a los Gipsy.cz, tus razones tienes. Y esas razones están por encima de todas las razones del mundo. Muchos vendrán a despojarte de tus ideas. Tú las deberás defender. Y si hace falta caer en la descalificación personal ante la falta de argumentos, se cae.


5. No creerás ni una de las posiciones de las apuestas de pago (A no ser que la que te guste vaya la primera)
Las apuestas de pago siempre, siempre, repito, siempre, se equivocan. Sólo tienen razón cuando tu canción favorita se coloque en cabeza. Entonces tendrás que gritarlo a los cuatro vientos. Pero si empieza a hundirse en la tabla, entonces vuelven a ser mentira. 

Felicidad a la turca
6. Azerbaiyán es el mal.
Da igual lo que manden. Ya pueden llevar a la mismísima Montserrat Caballé, Azerbaiyán debe ser odiado por encima de todas las cosas. Y es que el país del fuego no puede quedar siempre tan bien y todo Euforán espera ese orgasmo al verle fuera de la final.


7. Creerás toda conspiración que te cuenten.
Desde los cien puntos de Soraya al boicot de Kate Ryan, todo lo que te cuenten es cierto. La UER es un organismo demasiado oscuro como para no confiar en todos los chanchullos que se traen.


8. Intentarás que todo tu entorno no Eurofán escuche las canciones para que valore.
Porque todo Eurofán necesita su particular equipo de asesores objetivos no seguidores del Festival a los que torturarles con nuestra pasión. Es válido desde tu grupo de amigos, a tu pareja, madre, padre e incluso mascota.


9. A los diez segundos de proclamarse el ganador, todo será un tongo y no verás nunca Eurovision si no gana tu favorito.
Es así. Cuando vemos que el artista al que hemos estado, ni más ni menos que tres meses perdiendo el culo por él, se hunde en la tabla, debemos despotricar contra todo lo que se mueve. Porque los vecinos siempre se votan, Europa no entiende de calidad y Azerbaiyán le ha vuelto a comprar el doce a Lituania. Aunque en un mes ni nos acordemos.

Familia ucraniana votando a Rusia antes de que los invadan.
10. Al año que viene volverás a sentarte ante el televisor.
Y es que, por muy grande que sea la decepción (a no ser que seas Getter Jaani), al año siguiente estaremos igual de ilusionados porque empiece nuestra pasión favorita, el Festival de la Canción de Eurovisión.


¿Y tú? ¿Te identificas? Cuéntanoslo en un comentario o a través de nuestra cuenta de Twitter: Eurotalifán.

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